Almacén automático

En el sector logístico el tiempo es oro. Por todo ello, se hace fundamental contar con un almacén automático como método ágil, productivo y seguro para controlar el inventario en tiempo real y distribuir la mercancía sin error alguno. Además permitirá aprovechar al máximo toda la superficie disponible.

El sistema de almacenamiento automático de alta densidad actuará tanto en la entrada como en la salida de los productos de las estanterías. No existe manipulación humana ni operaciones de picking, es decir, el embalaje se mantiene intacto desde que entra hasta que sale siendo únicamente manipulado por maquinaria automatizada.

El almacén automático puede adaptarse a la tipología de la empresa, a la temperatura de trabajo y a las circunstancias del terreno. No obstante, las dimensiones de las naves que albergan un almacén automático deben ser de entre 13 y 15 metros de altura para facilitar la labor de los transelevadores.

Partes de un almacén automático

Normalmente suele estar conformado por los siguientes elementos:

  • Transelevador: Diseñado para el almacenamiento automático de productos de pequeño volumen y peso. Pueden trabajar con pallets (son los llamados Unit Load) o con bultos más pequeños, ya sean cajas o bandejas (conocidos como Mini Load).

En el caso de los almacenes automáticos verticales, figura un único transelevador central interno que traslada los productos al operario directamente.

  • Carrusel horizontal: Sistemas de almacenamiento rotativos horizontales que permiten preparar más de un pedido simultáneamente.
  • Carrusel vertical: Sistemas de almacenamiento rotativos verticales. Permiten optimizar el espacio al usar la totalidad de la altura del almacén.
  • Sistema informático: Lo preside un software que controla los movimientos de los palés y las mercancías que a su vez se enviarán a la sección de expediciones. Toda la maquinaria AS y RS que aparece en los pasillos está supervisada por este sistema. Éste controla el suministro de materiales a las cadenas de montaje y calcula qué movimientos son los prioritarios.
  • Códigos de barras: Es fundamental que todos los palés que se integran en un almacén automático cuenten con una pegatina con código de barras para que automáticamente se identifiquen las existencias y se pueda garantizar la trazabilidad de éstas, las horas de entrada y salida de los productos y sus fechas de caducidad.

Principales ventajas

Los almacenes automáticos permiten coordinar los flujos de información para gestionar la mercancía y hacerla más visible, aumentando la velocidad productiva y obtener mayor precisión y rentabilidad. Además nos permiten conocer el estado del inventario en tiempo real.

Optimizan el espacio (utilizando desde el suelo hasta el techo) y ofrecen mayor seguridad y precisión, ya que al reducir el personal humano estaremos reduciendo los riesgos laborales.

Versatibilidad empresarial

Si algo caracteriza a los almacenes automáticos es su capacidad para adaptarse a todo tipo de empresas. Es cierto que surgieron como un aliado para aquellas que contaban con naves de amplias dimensiones y que necesitaban gestionar un enorme volumen de entrada y salida de mercancías. No obstante, hoy en día son también muy comunes en pequeñas y medianas empresas, ya que se amoldan a mercancías de tamaños muy variados.

La siderurgia es un sector que depende mucho de sistema de almacenaje automático, ya que al trabajar con materiales pesados y eliminar los operarios de sus pasillos ofrece una mayor seguridad. De igual modo, sectores como el comercio electrónico o el sector textil (que almacena sus prendas colgadas en perchas) abogan cada vez más por esta metodología.

Tipos de almacenes automáticos

  • Almacenes autoportantes: Formados por estanterías sobre las que se apoyan la cubierta y los cerramientos laterales. Su altura es superior a la de las naves tradicionales y puede alcanzar los 40 metros.
  • Almacenes automáticos para palets: Se conforman de estanterías que dan cabida a productos paletizados e incorporan diferentes tipos de transelevadores para operaciones de entrada, almacenaje y salida.
  • Almacenes automáticos de cajas: Las estanterías tienen una altura de 3-15 metros, siendo sus pasillos estrechos y la separación entre niveles mínima para que se pueda mover el transelevador Mini Load. Poseen gran capacidad de almacenaje en un espacio reducido.
  • Almacenes con estanterías de acceso directo: Para empresas que gestionan muchas referencias con poco palets, pudiendo el transelevador acceder directamente a ellos con mayor o menor profundidad.
  • Almacenes con sistemas por compactación: Alojan palets en canales de hasta 40 metros de profundidad, aumentando la capacidad de almacenaje al usar menos pasillos.

Niveles de automatización

Abarca desde un almacén manual hasta los de tipo semiautomático, con automatización en la toma de decisiones o completamente automáticos.

El factor temperatura

El almacén automático de cajas o de palets puede trabajar a temperatura ambiente o con temperatura controlada.

En el caso de las empresas que disponen de almacenes frigoríficos la automatización es esencial para aprovechar toda la superficie, minimizando la fuga de frío y de energía, pero también evitando que las personas trabajen en condiciones extremas.

En estos suele funcionar un sistema de estanterías de doble profundidad, el equilibrio perfecto entre capacidad de almacenaje, rendimiento de las maquinarias y correcta distribución entre palets.