Análisis ABC

A la hora de coordinar la clasificación y gestión de los elementos que forman parte de un almacén es necesario aplicar el sistema de análisis ABC. Esta metodología tiene como objetivo optimizar el espacio en las labores de almacenaje, organizando los productos de tal modo que los más atractivos o vendidos se ubiquen en lugar más visible, a un alcance más directo y rápido reduciendo los tiempos de búsqueda.

El análisis ABC clasifica todos los artículos según su volumen anual de ventas, siempre en orden decreciente, en tres bloques:

  • El grupo A se corresponde a los que generan el 50-70% de los beneficios anuales de la empresa y representan el 10-20% de los artículos. Representan el motor económico, ya que son los más vendidos.
  • El grupo B se corresponde a los que generan el 20% de las ventas y representan el 20% del total de artículos. Tienen una importancia secundaria.
  • El grupo C contiene los que representan el 10-30% de las ventas, es decir, el 60-70% de todos los productos de los que disponemos en el inventario. No son importantes al generar pocos beneficios.

Muchas empresas pueden a su vez crear otros subgrupos: los de tipo A (que son los que nos preocupan económicamente) y los de tipo C (los que no nos preocupan económicamente). En función de la rentabilidad de seguimiento que apliquemos a nuestra mercancía estarán en uno u otro escalafón.

El análisis ABC está tan interiorizado en la economía y en la estructura empresarial que puede llegar a aplicarse en otras parcelas de una empresa.

Orígenes

Este método clasificatorio de los productos que forman parte del día a día del almacenaje de las empresas surgió a raíz de las declaraciones que realizó el sociólogo y economista italiano Wilfredo Pareto en 1897. Su teoría, basada en el conocimiento empírico, acabó convirtiéndose en ley.

La Ley de Pareto asegura que la demanda no está distribuida de manera uniforme entre los artículos de un inventario. Pareto se dio cuenta que el 20% de la población de un país se reparte el 80% de la riqueza de éste, mientras que el 80% de la población se debe repartir el 20% restante. Son cifras variables, pero orientativas. Este principio es aplicable también a la política.

Su aplicación al almacenaje

Una empresa trabaja a ritmos frenéticos y no se puede permitir la pérdida de energía y de tiempo en buscar un producto dentro de su almacén. Por todo ello, la clave del éxito viene desde los cimientos.

Si el almacenaje se efectúa correctamente, siguiendo el análisis ABC, la distribución a tienda será ideal y si en el comercio también se sigue el análisis ABC a la hora de exponer los productos, conseguiremos que el grado de satisfacción del cliente sea óptimo y que los beneficios de la empresa sean los esperados.

Por eso, en las líneas de caja de los comercios, solemos encontrar productos complementarios a las compras principales, productos que son de tipología C, que no se venden por si solo pero que si actúan como complemento de los de clase A supondrán un buen ticket medio de compra para el negocio. Otra aplicación clara del método de análisis ABC.

Si las empresas controlan el 20% de los productos almacenados (los más caros y valiosos) estarán realmente controlando el valor 80% de los artículos del almacén. A su vez estos artículos podrán clasificarse en un número limitado de categorías en función de su disponibilidad.

Todos los productos de tipo A, los que generan el 80% de los movimientos y transacciones económicas del almacén, serán colocados cerca del lugar de preparación de pedidos para que se pierda el menor tiempo posible y corran el menor riesgo en su manipulación dentro del almacén.

El tratamiento de los artículos

Según el citado análisis ABC cada artículo recibirá un tratamiento en virtud de su grado de importancia.

  • Los de tipo A estarán estrictamente supeditados a un control de inventario. Debemos asegurarnos que siempre haya stock y que se encuentran conservados en las mejores condiciones y que no pierdan su accesibilidad.
  • Los de tipo B serán monitorizados para determinar si pueden cambiar de categoría en algún momento, por lo que es importante ir analizando las fluctuaciones del mercado en función de la oferta y la demanda.
  • Los de tipo C: De ellos tendremos una única unidad disponible debido a su baja demanda, pudiendo generarse la falta de existencias. No podemos permitirnos acarrear costes de inventario excesivos.

Otras aplicaciones de la Ley de Pareto

Al igual que el análisis ABC parte de la Ley de Pareto, ésta puede aplicarse en otras parcelas:

  • En los controles de calidad: El 20% de los defectos afectan en el 80% de los procesos. De este modo podrán identificarse fácilmente aquellos pequeños errores que generan mayores dificultades.
  • En ingeniería del software: El 80% del esfuerzo en tiempo y recursos que empleamos para desarrollar un software genera el 20% del trabajo, del código, mientras que el 80% restante es producido con un esfuerzo simple del 20%.
  • En la administración de empresas: El 80% de los procesos en la cadena de valor se generan con el 20% de las actividades de una empresa.