Dentro de la gran cantidad de impuestos que existen, los aranceles de importación forman parte de ellos. Hoy por hoy, constituyen un tipo de tributo muy común utilizado por gobiernos, grandes empresas y negocios como tal. Por tanto, están integrados dentro de un sólido modelo económico que permite el correcto funcionamiento de estas transacciones. ¿Qué más debes saber? Pues aquí, te lo explicaremos.
Hablando técnicamente, un arancel es un tributo determinado o valor específico que se impone sobre un bien o servicio. Cuando nos referimos a arancel o aranceles de importación, entonces se le agrega a la definición la condición de estar sujeto a un cruce fronterizo. Es decir, dicho valor agregado se aplica cuando el bien, producto o servicio, es trasladado de un país a otro como tal.
Normalmente, el arancel de importación se activa cuando algún producto o servicio es comprado en su país de origen desde el exterior. Dicho de otra manera, es la adquisición de materia prima en el extranjero de elementos que no se producen por cuenta propia. En ese instante, quien sea el desarrollador del producto, será quien imponga el arancel al comprador, beneficiándose de ello en cierto punto.
Para la fecha, se sabe que el arancel de importancia es empleado por los gobiernos como una fuente de ingreso extra. Asimismo, es una medida trascendental para proteger a su empresa privada y pública de la competencia extranjera. Bien es comentado que, en ocasiones, los productos en el extranjero son más accesibles y baratos, por lo que la fuga de potencial es grande. Ante ello, el papel de este impuesto se antoja de utilidad.
Dentro de los aranceles de importación se definen tres tipos básicos que pueden ser aplicados. El primero de ellos, conocido como arancel del valor agregado, agrega un porcentaje fijo aunado al precio final del producto adquirido. Por ejemplo, pagar materia prima con un costo de 100.000 USD más un 10% fijo de esa cantidad al gobierno por dicho arancel.
Por su parte, otro arancel de importación es el arancel específico, que no trabaja con porcentaje, sino con una cantidad de dinero prestablecida. Tomando el ejemplo anterior, de esos 100.000 USD se agregan 1.000 USD como valor fijo. Y, por último, yacen los aranceles mixtos de importación que combinan tanto el anterior como este en particular.
El tema del arancel de importación genera todo un tema controversial a nivel internacional, económico y político. Como ya se mencionó, es frecuente que los gobiernos y las grandes empresas, adquieran materia prima en el exterior por su bajo costo. No obstante, con la imposición de este tributo, el panorama cambia radicalmente enseguida.
A la larga, los aranceles de importación incrementan exponencialmente el costo final del producto o materia prima a adquirir. De esa manera, se equipara al precio internacional o resulta mucho más caro que producirla nacionalmente. Enseguida, puede ocurrir una depreciación del número de importaciones con desinterés del excedente del consumidor. Por tanto, nunca son tan buenos como verdaderamente parecen.
No obstante, los aranceles de importaciones también generan un efecto paradójico. Al no poder encontrar o saciar sus necesidades en el extranjero, los gobiernos y empresas optan por un modelo de producción nacional. A raíz de ello, favorece el mercado interno y la compra de bienes propios. Lastimosamente, esto está sujeto a una disminución de la competencia internacional, lo que se traduce en poca innovación.
Los aranceles de importaciones traen a sus espaldas varias consecuencias importantes. Aunque en un principio puedan simbolizar un ingreso para el vendedor, la realidad es que afecta la oferta y demanda internacional. Por otro lado, se eleva la reciprocidad negativa de los países, copiando este modus operandi. A raíz de ello, es que han surgido instituciones de envergadura, como la Organización Mundial del Comercio.
En definitiva, se trata de un ente oficial que dictamina las normas para el correcto uso de los aranceles de importación. De esa manera, se evitan problemas de índole económico entre potencias exportadoras. A su vez, intenta mantener el equilibrio entre la oferta y demanda internacional, sin que el mercado se desajuste. Es decir, está orientado hacia lo justo.